jueves, 7 de agosto de 2008

.::Reflexión::.


Vas recorriendo las rápidas avenidas, hormiguero blanco y negro con acelerado tiempo. Roces, empujones y mal humor, monedas que mueven la máquina social que hoy nos alimenta. Vivimos atareados y agitados con presiones que desbordan nuestra mente. Cuando paramos solo vemos a nuestro alrededor un poco más de esa violencia que hoy agita el televisor. Niños asesinados entre sí, cuando ni conocen aún la propia esencia del vivir. Personas secuestradas privadas de su libertad. Quizás ya todos hemos sido privados de la nuestra, al convivir constantemente con hechos que nos perturban y no nos dejan transcurrir como deberíamos o simplemente como anhelaríamos.
La realidad nos priva de vivir sueños, estamos cada vez más sujetos al suelo y el vuelo que quisiéramos efectuar se ve frustrado junto con nuestra felicidad.
Vivimos cuidando lo nuestro con uñas y dientes. Es que ya hemos tenido que afrontar la usurpación de lo propio y nuestras defensas ya no bajan, cada vez están más altas y la solidaridad no existe. El común bienestar es una utopía de tiempos sepultados, pero mientras tanto, en una oscuridad un tanto silenciosa, se siguen mezclando almas que desean algo más, otro tipo de realidad, porque la que hoy se les presenta no les parece del todo correcta. Quizás todos deberíamos alumbrar a esas personas, que desde lo profundo evocan un cambio positivo para lo que hoy es destructivo.

Agostina Varco, 16 años, Estudiante Secundaria
San Antonio de Padua, Bs. As. - Argentina.

No hay comentarios: