miércoles, 2 de julio de 2008

Desnutrición infantil: la otra cara de la moneda

Mientras la crisis social, política y económica aqueja a la Argentina, y las retenciones móviles toman su banca en el congreso, la desnutrición infantil sigue su propio curso.
El conflicto agrario, que lleva más de cien días, detuvo la mirada de los argentinos en cortes de rutas, cacerolazos y discursos, manteniéndolos de esta manera, expectantes y hasta atemorizados ante tanta incertidumbre.
Sin embargo, frente a este caudal de información, que muestra una beta de la realidad, muchos no se daban cuenta, que la peor cara de la crisis argentina es la desnutrición infantil.
Las cifras son escalofriantes. Siete de cada diez chicos y adolescentes son pobres. Esto quiere decir, que en sus hogares no tienen la posibilidad de cubrir una canasta con sus alimentos básicos.
En el noroeste argentino, la situación se agrava aun más debido a que la cifra aumenta: ocho de cada diez chicos es el promedio en esta región.
Pareciera que hoy la moneda de la realidad tiene más de dos caras. No solo cara o seca, también se suma la pobreza, la indigencia, la desnutrición y mortalidad infantil, la escasez, la corrupción, la especulación… y así, un sin fin de caras.
Pero medir con datos reales el alcance de cada uno los protagonistas recién mencionados del panorama argentino, parece un imposible. Hoy es participe del escenario nacional una “crisis de estadísticas”, a partir de la cual los sistemas de medición pierden cada vez más su validez. Hablar del INDEC, como un organismo al cual se le debe confiar los porcentajes de la inflación parece una burla. Tener datos concretos de la mortalidad infantil parece otra. Todo aparenta caer en parámetros relativos, según como y quien lo mire.

La voz de la verdad

Patricia Chávez no conoce ni entiende de estadísticas, de inflación, tampoco de partidos de derecha o de izquierda, solo vive, por azar, la realidad social que le toca vivir: la desnutrición infantil.
Patricia tiene dos años y cinco meses. Vive en el Barrio Once de Marzo, una de las zonas más críticas de Tucumán. Nació prematura, con treinta y seis semanas, pesando 1,
80 kg. . Actualmente, pesa 9 Kg. con 650 grs., cuando debería pesar trece kg.Su familia esta compuesta por sus padres y cinco hermanos. Su mamá, al igual que ella y el resto de sus hermanos, es desnutrida. Su papá, esporádicamente, realiza “changas”, para mantener a la familia, sumado al Plan Jefes y Jefas de Hogar, que el gobierno les otorga mensualmente.
Tal vez Patricia quiera ser poeta, médica, contadora o astronauta. Sin embargo, su desnutrición, en un estadío casi crónico, no sabe si se lo permitirá.
Seguramente, sus posibilidades, frente a una nena o nene sano, son menores.
Su cuerpo no le responde, como lo debería hacer, sus defensas están bajas, su desarrollo físico y psíquico es tardío.
Y así,
la Argentina pierde grandes estrellas y pasiones, posibilidades y Sábatos, y gana la certeza que las chances no son para todos, solo para unos cuantos.

Aida Liza Berman
Licenciada en Comunicación Social
25 años, Vive en Buenos Aires – Argentina


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