miércoles, 2 de julio de 2008

Carta abierta



Cada vez tenía más la sensación, de que desaprovechaba mi vida. En el sentido de que hacia todo por costumbre. Todos los días iguales, o casi, monotonía gris que invadía todas mis acciones. Desde hace algún tiempo comencé a cuestionarme mi forma de afrontar el día a día. Me sentía incompleto.

Una mañana decidí dejarlo todo, la seguridad de mi vida, por un camino lleno de interrogantes. Emprendí un viaje, en el cual hoy sigo, un trayecto de búsqueda interior. Creí necesitar cambiar mi entorno para poder vivirlo plenamente. Pero el vacío era interno, tuvo que pasar bastante tiempo para darme cuenta. Pero en el viaje sigo aprendiendo, he intento ver la vida sin ser un actor secundario. En la cuál somos meros actores, que representamos un guión ya escrito. La vida es mucho más, es una experiencia existencial única en cada persona. Y depende de como la vivamos. Podemos convertirla en algo tedioso, sin expectativas, quejándonos de todo lo que nos rodea; o podemos pasar a la acción y ser artífices de cambios, y trabajar para lograrlos. Tenemos en nuestras manos la responsabilidad de humanizar este mundo y tomando conciencia de ello, dirigir nuestras energías al cambio. Muchos nos preguntamos ¿que podemos hacer? Siempre se puede hacer mucho. Desde tu casa, en tu trabajo, según tus posibilidades, siempre puedes humanizar tus actos y solo con ello comenzaras una cadena que alcanzara dimensiones, inimaginables. No dudes en poner tu granito de arena. Cuando trates a los demás como quieres que te traten, comenzaras a crecer y a la vez ayudaras a que crezca alguien. Dejemos de vernos como números y pasemos a vernos como Humanos, con todo lo que ello implica. El mundo esta lleno de personas que te necesitan de una forma u otra. Trabajemos de forma activa para lograr que esas personas sean tratadas como de verdad se lo merecen. Los derechos fundamentales tienen y deben de ser respetados, no des vuelta la cara al ver un acto de violencia, entérate de que puedes hacer para que no vuelva a suceder.

Entre todos podemos crear un mundo humanizado, podemos convertir nuestra vida en algo que valga la pena.

Pablo Borghini
Terapeuta reiki Uruguayo, tiene 32 años, vive en España

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